domingo, 28 de noviembre de 2010

ALGUNOS APUNTES UTILES

Nutrición para Mantenernos Jóvenes


En nuestra sociedad contemporánea es común encontrar personas que opinan que comer mucho es equivalente a buena salud y larga vida.  Sin embargo, si miramos los consejos que se han ofrecido a través de los siglos para alcanzar una vida larga y saludable encontramos que uno de los factores que más se menciona es el de una dieta frugal.  Cuando a principios de este siglo el médico inglés G.M. Humphrey revisó los hábitos de 52 personas que habían alcanzado los cien años de edad encontró, entre otras cosas, que éstos comían poco o moderadamente y consumían muy poca carne.  De hecho, durante siglos se ha hablado de las virtudes del comer poco para una larga vida.  No en balde decía Miguel de Cervantes "come poco y cena menos, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago".

La Restricción Calórica
y el envejecimiento

En el siglo XV un noble de Venecia llamado Luiggi Cornaro comenzó, a los 37 años de edad y tras haber pasado una juventud dedicada a las fiestas y la bebida, a cambiar su estilo de vida por uno que le permitiera vivir 100 años y mantenerse saludable.  Como resultado Cornaro vivió hasta los 103 años de edad manteniéndose activo y con su mente clara hasta el final.  El método que empleó para lograr esto consistió en abstenerse de bebidas alcohólicas y comer muy poco. De hecho a partir de los 37 años de edad la dieta de Cornaro puede clasificarse como un   a especie de semi-ayuno.
Siglos después la receta de Cornaro y Cervantes ha sido validada por los científicos.  En la década de 1930 el Dr. Clive Mcnay de la Universidad de Cornell llevó a cabo un estudio en el que crió a un grupo de ratas con una dieta que contenía tan sólo el 60% de las calorías que normalmente ingerían otras ratas a las que se les permitía comer todo lo que desearan.  Esta dieta restringida fue suplementada con vitaminas y minerales.  El resultado fue que las ratas crecieron a una velocidad menor de lo normal pero vivieron más tiempo y se mantuvieron extremadamente saludables.  Posteriormente se demostró que con esta dieta es posible extender en 60% la vida máxima de una rata.  Es decir la vida de una rata que por lo general dura unos 1,000 días se puede extender hasta unos 1,600 días.  Otros experimentos han demostrado la utilidad de esta dieta una diversidad de especies animales.
El Dr. Roy Walford, conocido gerontólogo de la Universidad de California en Los Angeles ha diseñado una dieta para seres humanos basada en estas premisas.  Es una dieta que durante varios años va gradualmente reduciendo el número de calorías que ingerimos hasta llevarlo al 60% de lo que se consume normalmente.  La idea de hacerlo gradualmente surge del hecho de que si tratamos de bajar abruptamente la cantidad de comida que ingerimos seguramente tendremos problemas de ajuste ya que nuestro metabolismo no está preparado para tal reducción.  Al hacerlo gradualmente permitimos que los mecanismos del cerebro que regulan el metabolismo y el hambre se ajusten.  Walford cree que con una dieta así cualquier persona puede alcanzar 120 años de edad y quizá más.  Es importante no confundir una dieta restringida en calorías con una mala nutrición.  Es sumamente importante seleccionar bien los alimentos para que tengamos una cantidad adecuada de vitaminas y minerales.  Por tanto es esencial eliminar los alimentos que contienen calorías vacías como bizcochos, galletas, mantecados, papitas fritas, azúcar y grasas.

Coma un poco menos para una mejor salud

Como hemos visto, los estudios parecen indicar que una reducción drástica, de hasta 40 por ciento en la cantidad de calorías ingeridas diariamente puede reducir el ritmo de envejecimiento de numerosos órganos y reducir el riesgo de cáncer, diabetes y otras enfermedades. Sin embargo, son pocas las personas que están dispuestas a reducir su consumo de calorías de forma tan extrema, además que una reducción tan grande de calorías puede hacer que la persona se sienta continuamente hambrienta y friolenta. En un estudio llevado a cabo con ratas por investigadores de la Universidad de Florida y publicado en la revista profesional Antioxidants and Redox Signaling, se encontró que una reducción de calorías mucho menor, de alrededor de un ocho por ciento, combinada con ejercicio moderado, equivalente a una corta caminata diaria, a través de la vida puede proveer grandes beneficios a la salud en general, además de proteger el hígado de los daños causados por el envejecimiento. La protección del hígado es sumamente importante ya que este órgano lleva a cabo funciones tales como limpiar la sangre y regular el sistema inmunológico.
En el estudio se encontró que las ratas que comieron todo lo que deseaban y que además no hacían ejercicio desarrollaron un aumento en la cantidad de moléculas dañinas con efectos oxidantes e inflamatorios en el hígado, mientras que las otras ratas a las que se les suplió un poco menos de comida que a las otras y que hicieron ejercicio tuvieron una reducción en la cantidad de estas moléculas dañinas.
Según Christiaan Leeuwenburgh quién fuera el principal autor de este estudio los resultados del mismo apoyan la teoría de que la muerte de las células y los daños a los órganos relacionados con el envejecimiento son causados por moléculas inestables llamadas radicales libres, por la oxidación celular y la inflamación. La reducción de calorías previene la muerte celular y reduce la inflamación, según éste.
El consumo de grasas y el envejecimiento
La evidencia acumulada parece indicar que si queremos una vida larga y saludable debemos pensar en reducir de la cantidad de calorías derivadas de las grasas que ingerimos. En la dieta típica occidental entre un 35 y un 40% de las calorías provienen de las grasas. Una gran cantidad de expertos entienden que para prevenir enfermedades cardiacas es recomendable reducir esto a no más de un 30%. Estudios recientes parecen demostrar que reduciendo la proporción más aún, hasta un 10%, es posible no ya prevenir problemas cardiacos sino incluso limpiar las arterias revirtiendo la arterioesclerosis. Varias dietas y planes entre los cuales figuran la dieta desarrollada por Nathan Pritikim y la "dieta de arroz" desarrollada en la Universidad de Duke están basadas en un consumo extremadamente bajo de grasas como medio de controlar el peso y controlar o revertir diversas enfermedades.  En la actualidad la dieta de este tipo que más publicidad ha recibido es la desarrollada por el cardiólogo californiano Dean Ornish.  Por medio de una dieta vegetariana con no más de un 11% de las calorías derivadas de la grasa combinada con un regimen de ejercicios aeróbicos moderados y técnicas de meditación y relajación para el manejo del estrés muchos de los pacientes del Dr. Ornish han logrado revertir condiciones cardiacas, destapar arterias bloqueadas y mejorar el flujo de sangre hacia el cerebro.

Distintos tipos de grasa: La Dieta Mediterránea

A pesar de estos resultados existen quienes señalan que para lograr los beneficios alcanzados por el Dr. Ornish no es necesario y ni siquiera conveniente reducir tan drásticamente la cantidad de grasas ingeridas.  Este es el caso del Dr. Walter Willett, profesor de nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard.  Para Willett la evidencia no necesariamente indican que los resultados obtenidos por Ornish se deban a la reducción en la cantidad de grasas ingeridas ya que el programa de Ornish incluye otros factores como el ejercicio y la meditación que pueden también tener efectos considerables.  Para Willett lo importante no es la mera reducción en la cantidad de grasas sino el tipo de grasa que consumimos.  De hecho dice Willett que algunos tipos de grasa son beneficiosos al organismo.  Willett promueve lo que se ha dado por llamar la "dieta mediterránea".  Esta dieta se basa en el tipo de alimentación seguido por gran número de personas en Creta, Grecia y el sur de Italia.  Se ha encontrado que a pesar de que la dieta en estas regiones es relativamente alta en grasas - por ejemplo, en Grecia alrededor del 40 por ciento de las calorías provienen de la grasa - los habitantes tienen una de las tasas más bajas de enfermedades crónicas y cardiacas en el mundo.  La clave de estos resultados según Willett está en que la dieta mediterrénea es alta en grasas pero baja en grasas de origen animal  Esta dieta pone énfasis en las frutas, vegetales, granos, pastas y habichuelas.  Las grasas que se consumen son primordialmente de origen vegetal.  El aceite de oliva es la principal fuente de grasas.  El aceite de oliva es rico en grasas monoinsaturadas sobre las cuales según Willett existe abundante evidencia que las señala como buenas para la salud.  Otro aceite rico en este tipo de grasas es el aceite de canola.

Una Nueva Pirámide Alimentaria

Fundamentados en estos hallazgos Willett y sus colaboradores han hecho una revisión a la pirámide de alimentos que publica el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos.  Esta pirámide representa las recomendaciones que oficiales en cuanto a la composisición de la dieta y como tal se promueve en las publicaciones gubernamentales y en las escuelas públicas.  Según muchos críticos de estas recomendaciones en esta pirámide se recomienda ingerir carnes diariamente a pesar de toda la evidencia que implica a estas como detrimentales a la salud debido a razones políticas.  Con esto se refieren a los esfuerzos de los cabilderos de los intereses económicos representados por la industria de la carne.
Existen algunas similitudes entre la dieta mediterránea y la pirámide del Departamento de Agricultura.  En ambas la base de la pirámide, que representa los alimentos que deben consumirse en mayor cantidad, pone gran énfasis en los granos, las frutas y vegetales.  Sin embargo la dieta mediterránea según Willett también "enfatiza en los granos integrales lo cual es más saludable que los carbohidratos y almidones procesados que poseen menos nutrientes y fibra".
La dieta mediterránea distingue entre los distintos tipos de grasa, siendo los de origen vegetal a los que se les otorga una mayor prominencia.  Por otra parte, no se recomienda que se ingiera carne roja más de unas pocas veces al més.  Esto, más que una recomendación, es una concesión a las personas incapaces de dejar ésta totalmente.  Dice Willett "si miramos a los datos debemos concluir que la cantidad de carne roja que debemos ingerir es cero". De hecho, en la pirámide de la dieta mediterránea la carne roja aparece como aún menos deseable que los dulces.
La pirámide mediterránea tiene también la particularidad de que además de medidas puramente dietéticas también recomienda el llevar a cabo ejercicios diarios.
Un estudio publicado en el número correspondiente a junio de 1994 de la revista médica Lancet informa sobre los resultados obtenidos con un grupo de personas con diagnóstico de enfermedades coronarias.  Una parte del grupo siguió una dieta típica norteamericana mientras que la otra parte del grupo siguió la dieta Mediterránea. En este último grupo se registró una mortalidad 70% menor que en el grupo que siguió la dieta típica norteamericana.
Es evidente que, debido a nuestra predisposición cultural a comer en exceso, muchas personas encuentran muy difícil practicar un regimen como el recomendado por el Dr. Ornish .  La dieta Mediterránea puede ser una alternativa saludable y más fácil de seguir.
Otra alternativa viable para muchas personas es la del ayuno ocasional.  En la India existe una tradición según la cual se puede lograr una larga vida practicando un día de ayuno a la semana.  Durante ese día los únicos alimentos que se ingieren son jugos de frutas, agua tibia con miel o leche baja en grasas.  Con esto se busca que el sistema digestivo descanse, recupere su balance y se deshaga de las impurezas y toxinas acumuladas.  Es importante señalar que no sólo en la India sino que en muchas tradiciones religiosas y espirituales existen personas que han seguido estos principios y han vivido hasta edades muy avanzadas.  Según Deepak Chopra, conocido escritor y experto en temas de salud y longevidad que combina la medicina convencional con las antiguas tradiciones orientales, la clave para el éxito en cualquier dieta o ayuno que practiquemos está en desarrollar un estilo de vida en el cual el ayuno no se vea como un castigo ni como una disciplina sino como un refugio o descanso de la actividad cotidiana.  cuando ayunamos, el tiempo que ordinariamente dedicamos a comer lo dedicamos a permanecer quietos con nosotros mismos.  De esta manera el cuerpo participa de un sentimiento de paz y armonía.
Dieta Antienvejecimiento
Aunque existen numerosas teorías sobre el envejecimiento, aparentemente este es influido por numerosos factores hereditarios y ambientales.  Sobre muchos de estos factores es muy poco o nada lo que podemos hacer.  Sin embargo la alimentación es un factor muy importante que podemos controlar.

Como ya hemos podido comprobar, existen buenas razones para disminuir el número de calorías que ingerimos.  En el caso de las personas de mediana edad es especialmente recomendable limitar la cantidad de alimentos ingeridos.  A medida que se envejece se pierde masa muscular.  Esto hace que las calorías se quemen en forma menos eficiente.  El resultado es una acumulación de grasa y obesidad.  En las personas de vida sedentaria esto se agrava considerablemente.
Reducir la cantidad de calorías que ingerimos no significa que tengamos que deprivarnos de los placeres de la comida.  Una forma de comenzar es reduciendo el tamaño de la ración de alimentos altos en grasas y calorias.  Si esto nos resulta difícil lo mejor tal vez sea reservar estas comidas para ocasiones o eventos especiales.
Es importante que nos concentremos en ingerir alimentos ricos en vitaminas, minerales y fibras, eliminando o reduciendo drásticamente los alimentos altos en azúcar y calorías pero escasos en nutrientes.



Es recomendable aumentar el consumo de vegetales de colores saturados tales como: brócoli, pimiento, habichuelas verdes, espinacas, tomates, batatas y zanahorias.  Los vegetales de color verde oscuro son por lo general ricos en sustancias que pueden ayudarnos a reducir el riesgo de contraer cáncer.  Estos alimentos también son ricos en antioxidantes.  De hecho, normalmente, mientras más oscuro es un vegetal más antioxidantes contiene.  Aumente su consumo de arándanos y si hasta ahora no forman parte de su dieta inclúyalos tan pronto pueda.  Estudios recientes demuestran que el arándano (blueberry y bilberry) contiene poderosos antioxidantes que ayudan  a mantener la juventud de nuestros ojos y de nuestro cerebro.  En un estudio incluso se encontró que el consumo de blueberry ayudó a rejuvenecer el cerebro de un grupo de ratas ya seniles.  Otros estudios señalan a las ciruelas como otro de los alimentos más ricos en antioxidantes.
Si ingiere productos lácteos procure que sean descremados.  Si no ingiere productos lácteos procure incluir en su dieta otros alimentos ricos en calcio como la espinaca, el perejil, nueces, habichuelas, coliflor, espárragos e higos.  Incluya vegetales del género Allium como el ajo y la cebolla ya que se ha encontrado que poseen importantes propiedades antibióticas e inhibidoras de diversos tipos de cáncer.
Aumente su consumo de fibra hasta un mínimo de 25 gramos diarios.  Los cereales ricos en salvado, los granos integrales, el arroz integral, las habichuelas y lentejas al igual que las frutas y vegetales frescos son excelentes fuentes de fibra.
El consumo diario de una buena cantidad de agua es importante a cualquier edad pero a medida que se envejece adquiere importancia especial.  Las personas de mayor edad requieren más líquidos no sólo para evitar la deshidratación sino también para diluir y eliminar toxinas.  Se debe ingerir no menos de ocho vasos de agua al día.  Los refrescos carbonatados y las bebidas con cafeína no son sustitutos del agua.
¿Comer poco, reducir las grasas,  aumentar el consumo de antioxidantes, adoptar la dieta mediterránea?  La elección es suya.  De cualquier modo la conclusión es la misma: la alimentación puede ayudarnos a no solamente tener una vida más larga, sino una más saludable.
Once consejos para una mejor salud

Frecuentemente escuchamos o leemos acerca de nuevos descubrimientos relacionados con la nutrición y aquellos alimentos que debemos consumir para una mejor salud. Sin embargo, a veces la cantidad de información y la forma en que ésta se presenta puede hacer difícil su comprensión y su utilización.
Pensando en esto les ofrecemos aquí un listado conjuntamente con una explicación concisa de los principales hallazgos relacionados con la nutrición que le ayudarán a disfrutar de una mejor salud.
1. Ingiera más vegetales y frutas – Cada día se descubren más propiedades presentes en las frutas y vegetales que nos ayudan a preservar la salud. En estos alimentos hay sustancias que previenen o ayudan a contrarrestar las enfermedades cardíacas, el cáncer, la obesidad, la diabetes, la artritis, el envejecimiento prematuro, las arrugas faciales, la pérdida de memoria asociada con la edad, las apoplejías y la hipertensión arterial. Unos ejemplos: hoy sabemos que vegetales como la espinaca y los arándanos (blueberries) ayudan a rejuvenecer nuestro cerebro. También se ha encontrado que el tomate posee sustancias que ayudan a evitar el cáncer de próstata, protegen nuestros pulmones de la contaminación, ayudan a evitar los daños a la piel provocados por la exposición a los rayos solares, y reducen los daños causados por el colesterol de baja densidad (el llamado colesterol malo). Especialmente buenos para nuestra salud son todo tipo de fresas, los cítricos y las frutas y vegetales de color verde, amarillo o anaranjado saturado. Las frutas y los vegetales son enormes fuentes de vitaminas, minerales y antioxidantes. Los vegetales y frutas de colores muy saturados son especialmente ricos en sustancias antioxidantes, algunas de ellas mucho más poderosas que la vitamina E o la C.
2. Coma menos – Mientras algunas personas no tienen siquiera para comer lo necesario, otras comen exageradamente e ingieren más calorías de la cuenta. Numerosos estudios confirman que comer frugalmente añade años y salud a nuestra vida. De hecho en numerosos experimentos con animales se ha encontrado que reducir el número de calorías ingeridas aumenta la duración de la vida y reduce la incidencia de enfermedades crónicas y degenerativas., siempre y cuando no haya malnutrición. Comer en exceso hace que envejezcamos más rápidamente, aumenta la incidencia de cáncer, problemas cardiacos, enfermedad de Alzheimer.  Claro está, como ya mencionáramos, no se trata de malnutrirnos. Lo importante es dejar de consumir productos elevados en calorías que aportan poco o nada en términos de nutrientes y por el contrario, ingerir productos de alto valor nutritivo.
3. Cuidado con el tipo de grasa que consume – Las grasas animales y los ácidos transgrasos son dañinos a nuestras arterias y pueden ser causantes de cáncer. Las carnes rojas han sido asociadas a cáncer del colon. Este tipo de grasa es especialmente dañina cuado se fríe. Las grasas saturadas presentes en la mantequilla, la leche, y la carne contribuyen a obstruir nuestras arterias. Muchas personas piensan en la margarina como una alternativa saludable a la mantequilla. Sin embargo la margarina está hecha a base de aceites hidrogenados. La hidrogenación es un proceso en el que se el añade hidrógeno a grasas no saturadas. El resultado es un tipo de grasa saturada que no está presente en los animales ni en las plantas y que es dañino a nuestro organismo. Entre otras cosas este tipo de grasa aumenta el colesterol malo y disminuye el bueno y ha sido ligada a numerosas enfermedades. Evite los productos que digan en la etiqueta que contienen aceite hidrogenado o parcialmente hidrogenado ya que esto es sinónimo de ácidos transgrasos. Este tipo de grasa se utiliza muy frecuentemente en productos tales como galletitas, donas etc.
4. Ingiera té verde – El té verde, de las hojas de la planta Camellia sinensis posee numerosas propiedades benéficas para nuestro cuerpo. El té verde posee un antioxidante que se conoce por sus siglas como EGCG que protege las células del cerebro y previene varios tipos de cáncer. También posee propiedades termogénicas por lo que ayuda a las personas que desean reducir de peso. De la misma planta también se elabora el té negro y otro llamado oolong. Aunque el té negro también posee propiedades antioxidantes los estudios parecen indicar que el té verde proporciona mayores beneficios. Prepare el té como infusión entre 5 y 8 minutos. Ingiera por lo menos dos tazas diarias.
5. Utilice aceite de oliva - Las personas que usan aceite de oliva en lugar de otros tipos de aceite tienen menos problemas cardiacos, niveles de colesterol menores, menor incidencia de artritis y cáncer y una presión arterial menor. Utilice preferentemente el aceite extra virgen. Si lo que hemos dicho no es suficiente sepa que algunos estudios también parecen indicar que el aceite de oliva ayuda a evitar las arrugas y el envejecimiento prematuro de la piel.
6. Consuma pescado de agua fría – El salmón, la sardina, la macarela, todos estos poseen altos niveles de un tipo de grasa conocida como omega 3 que ayuda a mantener nuestro cerebro, articulaciones y arterias en buen estado. El atún también posee omega 3 aunque en cantidades no tan altas como el salmón y las sardinas. Sin embargo, no es recomendable ingerir atún frecuentemente ya que se ha encontrado que muchas veces tiene altos niveles de mercurio.
7. Ingiera maní, almendras y nueces. Existen estudios que demuestran que poseen sustancias que reducen el nivel del colesterol malo y ayudan a proteger el corazón. Dos o tres onza al día es suficiente. No se exceda ya que aunque poseen numerosas propiedades benéficas también son altas en calorías. Precaución. Aunque no es muy frecuente hay algunas personas que son alérgicas al maní y en algunos de estos casos la alergia puede ser incluso tan severa que amenace su vida.
8. Vigile el tipo de carbohidratos que consume – No todos los carbohidratos son iguales. Se habla de carbohidratos simples y carbohidratos complejos y se señala que los complejos contenidos en los vegetales y las viandas se absorben más lentamente ayudando a mantener estables los niveles de glucosa en la sangre. Sin embargo, la realidad es más compleja. En años recientes se ha popularizado lo que se conoce como el índice glucémico. Esta es una medida numérica de cuan rápido los carbohidratos contenidos en un alimento se convierten en glucosa en la sangre. Mientras más bajo es el número más lentamente se convierte un alimento en glucosa. Los alimentos con un índice glucémico bajo ayudan a prevenir enfermedades como la diabetes y estados prediabéticos al igual que la obesidad. Al ayudar a prevenir dichas condiciones el consumo preferente de alimentos con un índice glucémico bajo ayuda a evitar problemas asociados a las mismas tales como enfermedades de las arterias, problemas de memoria e incluso cáncer del colon. Algunos alimentos con índice glucémico bajo son las habichuelas, lentejas, maní, avena, yogur, fresas y ciruelas. Lo interesante de estos nuevos estudios es que hay algunos alimentos que contienen carbohidratos complejos y sin embargo poseen un índice glucémico elevado, como por ejemplo las papas.
9. Ingiera granos integrales – Estos proveen altos niveles de fibra, además de vitaminas, minerales, antioxidantes y sustancias que reducen el nivel de colesterol y previenen el cáncer. El alto consumo de granos integrales se asocia con una incidencia menor de problemas cardiacos, diabetes, cáncer, y obesidad, así como con una vida más larga y saludable. La avena integral, el arroz integral, e incluso las palomitas de maíz (sin sal y mantequilla añadida) son ejemplos de granos integrales.
10. Tome un suplemento vitamínico – La gran cantidad de comida chatarra que se ingiere en la actualidad hace que muchas personas no ingieran la cantidad de nutrientes necesarios para una salud óptima. La contaminación ambiental, y el estrés de la vida moderna, el cigarrillo, el ingerir bebidas alcohólicas, el ejercicio, entre otros, son factores que hacen que aumenten los requisitos de varios nutrientes. Muchas personas a medida que envejecen ven disminuida su capacidad para absorber los nutrientes de los alimentos. Ante estas circunstancias muchas personas, sin saberlo, tienen deficiencias nutricionales. Las deficiencias de nutrientes tales como el ácido fólico, la niacina, el zinc, y la vitaminas B12, B6, C y E pueden promover daños al ADN de nuestras células similares a los causados por la radiación y varias sustancias químicas. El ácido fólico y la vitamina B12 ayudan a evitar los daños a las arterias causados por la oxidación del colesterol y las deficiencias de estos nutrientes promueven la arteriosclerosis. Algunas deficiencias vitamínicas también están asociadas con la depresión. Estos son sólo algunos ejemplos ya que son numerosos los problemas que las deficiencias vitamínicas pueden causar. Por eso es recomendable ingerir una multivitamina de buena calidad. Se sabe que esto puede ayudar a mejorar su resistencia a las enfermedades y a prevenir algunos males del envejecimiento. Los hombres y las mujeres que ya han llegado a la menopausia deben ingerir preferiblemente un suplemento que no contenga hierro o que contenga niveles mínimos de este mineral (a menos que un profesional de la salud le haya indicado lo contrario para tratar un estado carencial). El hierro promueve la oxidación y formación de radicales libres por lo que no es recomendable ingerirlo en cantidades superiores a las requeridas. En las mujeres que menstrúan el hierro por lo general no causa problemas ya que mensualmente eliminan una buena cantidad en la menstruación.
11. Evite la sal – Es enorme la cantidad de productos alimentarios a los que se les añade sal. En un estudio llevado a cabo en la Universidad de Indiana se encontró que la sal puede contribuir a las enfermedades del corazón, posiblemente contribuyendo a agrandar el ventrículo izquierdo. Esto es especialmente cierto en el caso de algunas personas que por razones genéticas son sensibles a la sal.
Además de contribuir a la hipertensión arterial, también se ha encontrado que aún en las personas que no son hipertensas restringir la sal reduce la presión arterial. Investigaciones llevadas a cabo en la universidad de Tulane parecen indicar que una cucharadita adicional de sal al día tiene al cabo del tiempo el resultado de duplicar el riesgo de apoplejías en personas obesas. Según los investigadores la sal daña las paredes de los pequeños capilares del cerebro y contribuye a un gradual deterioro de la memoria.


Nutrientes para Nuestro Cerebro
 


Mantener la salud de nuestro cuerpo puede ayudarnos a mantener la salud denuestra mente.  Nuestro cerebro consume alrededor de una cuartaparte del oxígeno que ingresa a nuestro organismo.  Dehecho es el órgano que más oxígeno consume. Si nuestros pulmones pierden una buena parte de su capacidad paratransferir oxígeno y las arterias que suplen sangre oxigenada al cerebro están tapadas y endurecidas a causa de largos años de malos hábitos alimenticios el resultado puede ser un rápido deterioro mental.  Por tanto el ejercicio y una alimentación basada en los principios que hemos delineado en otra parte de esta obra son algunas de las mejores acciones que podemos tomar si queremos llegar a una edad avanzada con nuestra mente en estado óptimo.

  







  • Algunos nutrientes esenciales para mantener nuestra mente a un alto nivel de funcionamiento son:









  • Vitamina B1 (tiamina) - habichuelas, granos, semillas, levadura de cerveza, hígado.









  • Magnesio - nueces, guisantes









  • Potasio - Espinacas, pasas, guineo, dátiles, frutas cítricas, brócoli, aguacate, habas









  • Vitamina B3 (niacina) - leche, pescado, guisantes, semillas de girasol y de ajonjolí, granos integrales, levadura de cerveza.









  • Vitamina B6 (piridoxina) - hígado, habichuelas soya, guineo, atún, habas, levadura de cerveza









  • Vitamina B12 (cobalamina) - hígado, ostras, pescado, yema de huevo, productos lácteos.









  • Vitamina C - frutas cítricas, tomates, fresas, vegetales verdes









  • Cobre - mariscos, nueces, semillas, cerezas, fresas, miel









  • Zinc - dátiles, higos, yema de huevo, pescado, ostras, zanahorias, guisantes, avena germen de trigo, semillas de ajonjolí









  • Triptófano - maní, guineos, leche









  • Tirosina - maní, habas, semillas de calabaza









  • Colina - tofú, yema de huevos, avena, coliflor, col, maní






  • La colina particularmente ha recibido mucha atención ya que, además de ser parte constituyente de la acetilcolina, uno de los principales neurotransmisores del cerebro hay estudios que señalan que puede ayudar en algunos casos de deficiencia o pérdida de la memoria en personas mayores.  Una forma sencilla de suplementar la dieta con colina es utilizando lecitina o "phosphatidylcholine".  La lecitina se puede adquirir en forma de gránulos e ingerir entre dos y cuatro cucharadas dos veces al día.

    Fosfatidilserina

    Capítulo aparte merece esta sustancia que es uno de los nutrientes que más interés ha despertado en años recientes.  La fosfatidilserina es una clase especial de sustancia grasa utilizada por el cuerpo para, entre otras cosas, mantener la salud de las células nerviosas.  Las células cerebrales contienen una gran cantidad de esta sustancia, especialmente en la membrana celular, pero su concentración disminuye con la edad. Si consideramos que la membrana celular posee importantísimas funciones que van desde regular las sustancias que entran y salen de la célula y la composición interna de éstas podemos comenzar a sospechar que la fosfatidilserina es de gran relevancia para la actividad del cerebro.  De hecho, en experimentos llevados a cabo recientemente se ha encontrado que la fosfatidilserina puede ayudar a mejorar la memoria y las capacidades cognitivas, especialmente entre las personas de mayor edad.  En uno de estos estudios llevados a cabo con personas entre 50 y 75 años de edad se le suministro a un grupo de personas 100 mg de fosfatidilserina tres veces al día y a otro grupo se le suministró una sustancia inerte o placebo. Al cabo de 12 semanas se encontró una mejoría significativa en la memoria de los que habían ingerido fosfatidilserina.  La mejoría fue mayor en aquellas personas que previo al estudio confrontaban los mayores problemas de memoria y en las personas de sesenta o más años de edad. Otro estudio llevado a cabo en Italia demostró que la fosfatidilserina en dosis similares a las utilizadas en el estudio anterior puede ayudar a personas de edad avanzada que sufren de pérdida de la memoria de moderada a severa.
       Estos estudios fueron llevados a cabo utilizando fosfatidilserina extraída del cerebro de vacas.  Debido al ya famoso problema de la llamada enfermedad de las "vacas locas" este tipo de fosfatidilserina ya no está en el mercado.  En la actualidad sólo es posible conseguir fosfatidilserina extraida de la soya.  Algunos investigadores señalan que aún no se han llevado a cabo estudios que demuestren que la efectividad de la fosfatidilserina de soya es equivalente a la de la fosfatidilserina de vaca.

    Altos niveles de azúcar:  ¿dañinos al cerebro?

    El cerebro de una persona común pesa 1.4 kilogramos (unas tres libras).  En una persona de contextura promedio esto representa alrededor del 2 porciento del peso corporal.  Sin embargo, el cerebro consume alrededor del 20 por ciento de la energía del cuerpo.  Prácticamente toda esta energía proviene de la glucosa, es decir el azúcar que circula en la sangre.
    El cerebro no solamente necesita grandes cantidadesde glucosa, sino que debe obtener ésta de forma regular y controlada.  Además debe obtener la cantidad justa, ni más ni menos.  Cuando le llegan grandes cantidades de azúcar de forma súbita nuestro cerebro puede experimentar problemas.  Esto es algo que muchas personas desconocen.  Lo cierto es que una dieta con grandes cantidades de azúcar puede ser dañina al cerebro.  Esto es especialmente cierto en el caso de los niños.  En éstos el cerebro aún está desarrollando conexiones entre sus células a un ritmo acelerado.
    Los carbohidratos que ingerimos son digeridosconvirtiéndose en moléculas de un tipo de azúcar llamada glucosa.  Estas moléculas circulan a través de la sangre y sirven de señal al páncreas para que comience a secretar insulina, una sustancia cuya función más conocida es la de procesar y ayudar a transportar la glucosa hacia las células a las cuales provee de energía.  Cuando la elevación de los niveles de glucosa es gradual todo transcurre sin problemas. Sin embargo, si ingerimos en una sola comida grandes cantidades de cierto tipo de carbohidratos que se digieren rápidamente el páncreas se ve obligado a secretar mayores cantidades de insulina.  Si esto se repite frecuentemente a través de un periodo de años, llegará el momento en que el páncreas se agote y comience a producir menos cantidad de insulina de la requerida o que la que produzca sea de una calidad que no puede ser efectivamente utilizada por las células.  A esta condición se le conoce como resistencia a la insulina y puede causar diabetes tipo 2.  También puede causar hipertensión arterial y engrosamiento de las arterias, entre ellas las carótidas, que llevan sangre al cerebro.
    Esta es una condición que cada día es más común debido al aumento en el consumo de alimentos procesados con altos niveles de azúcar que se convierten rápidamente en glucosa.
    En muchas dietas modernas el azúcar sustituye a otros alimentos altos en vitaminas y minerales necesarios, ocasionando una deficiencia de los nutrientes necesarios para un funcionamiento óptimo del cerebro y el sistema nervioso en general.
    Se ha asociado un consumo elevado de azúcar que comienza a edad temprana con el desarrollo de problemas de atención.
    Algunos estudios demuestran que los niños que consumen una dieta alta en azúcar obtienen una puntuación más baja en las pruebas de inteligencia, sus calificaciones escolares son más bajas y poseen estados de ánimo menos estables.
    Algunos niños, especialmente los que sufren de problemas de atención e hiperactividad son sumamente sensibles a los efectos del azúcar en la dieta.  Existe evidencia de que su cerebro no metaboliza el azúcar con la misma eficiencia que otros niños o adultos.  En estos niños los niveles elevados de azúcar provocan un incremento en la producción de cortisol.  Ésta es una hormona que se genera en estados de estrés y cuya presencia a largo plazo puede causar numerosos efectos dañinos, entre ellos la muerte de células nerviosas.
    Se ha encontrado que un alto consumo de azúcares simples tal como la que se halla en las bebidas gaseosas y en muchos alimentos procesados causa daños en las células de animales.  Los elevados niveles de azúcar en la sangre reaccionan con ciertas proteínas creando una especie de desechos que se acumulan en las células, entorpeciendo su funcionamiento y envejeciéndolas prematuramente.  Esto causa daños en numerosos órganos.  Se cree que en el cerebro esto puede causar destrucción de neuronas lo que se traduce en pérdida de memoria y enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
    La solución está en ingerir alimentos que se conviertan lenta y gradualmente en glucosa o azúcar en la sangre y evitar aquellos que provocan una elevación súbita en la misma. Existe una medida de cómo los alimentos se convierten el glucosa en la sangre. A esta se le conoce como el índice glucémico. Los alimentos que se convierten lenta y gradualmente en glucosa se les conoce como alimentos con un índice glucémico bajo y aumentar el consumo de estos puede beneficiar la salud de nuestro cerebro. Un beneficio adicional de este tipo de dieta es que puede ayudar a evitar la diabetes en las personas susceptibles a la misma y contribuye a evitar los daños ocasionados por esta enfermedad en quienes ya la padecen.


    Las plantas han sido empleadas para aliviar los males de la humanidad desde tiempos remotos. El conocimiento empírico acerca de las plantas medicinales y sus efectos curativos se acumuló durante milenios y posteriormente pasó a ser parte integral de sistemas y tradiciones curativas como el ayurveda en la India, la medicina tradicional china o las tradiciones curativas de los indiosnorteamericanos. Aunque a partir del siglo pasado el empuje de la industria farmacéutica hizo que la terapéutica fundamentada en el empleo de plantas viniera a verse como una práctica "primitiva" e irracional, en décadas recientes la fitoterapia (la ciencia que estudia el uso de las plantas con propósitos terapéuticos, experimentó un extraordinario resurgir. Hoy día se reportan numerosos descubrimientos científicos que confirman el enorme potencial curativo que posee el mundo vegetal y que están transformando la fitoterapia en una práctica muy distinta a la de nuestros antepasados. Y cuando hablamos de descubrimientos científicos en torno a las plantas medicinales hay que aclarar que no se trata meramente de un redescubrir antiguos usos. En años recientes, las investigaciones nos han regalado con el descubrimiento de aplicaciones insospechadas para muchas plantas y sustancias derivadas de estas. También han surgido nuevas formas de preparación y de disponibilidad. Hoy encontramos extractos de plantas medicinales en forma de cápsulas, tabletas y otras formas desconocidas para nuestros antecesores. Estos descubrimientos presentan nuevos retos. La cantidad de plantas con propiedades curativas es tal que nadie puede dominar la totalidad del conocimiento de esta materia. Los sanadores tradicionales de numerosas culturas por lo general conocen los usos de cientos de plantas oriundas de su país o región, pero no conocen las plantas oriundas de otras regiones. De cualquier modo, en nuestros días quedan pocos de estos sanadores tradicionales por lo que el conocimiento profundo de las propiedades curativas de muchas plantas corre el riesgo de perderse.
    No hay duda de que la ciencia y la tecnología nos pueden ayudar a descubrir y utilizar las propiedades terapéuticas de las plantas medicinales de forma mucho más efectiva. Por otra parte no hay que olvidar el conocimiento empírico desarrollado por culturas distintas o anteriores a la nuestra y los grandes sistemas como el ayurveda, la medicina tradicional de la China o la medicina de los Indios norteamericanos que parten de una visión distinta del ser humano.
    Otro problema es el de la acelerada destrucción de los bosques que ha eliminado, y continua eliminando, numerosas especies de plantas que poseen propiedades medicinales. Esto a pesar de los esfuerzos de algunos gobiernos y organizaciones ambientalistas por protegerlas.
    Nuevos retos
    A pesar de estos problemas hoy tenemos varias ventajas sobre los sanadores tradicionales de la antigüedad. Los modernos sistemas de comunicación y transporte han logrado que en lugar de estar limitados a las especies de plantas que crecen en nuestra región, podamos aprovecharnos del acceso a plantas medicinales y remedios basados en plantas de otros países y tradiciones lejanas. Hoy podemos emplear remedios que antiguamente eran empleados y conocidos únicamente en China, la India, la islas del Pacífico, entre los indios sudamericanos o los indios norteamericanos. Esto ha conducido a lo que muchos han llamado una herbologia planetaria. Por otra parte, el estudio científico moderno de las propiedades curativas de las plantas promete descubrir propiedades que incluso van más allá de los usos tradicionales conocidos. Sin embargo, la falta de incentivos para este estudio ha sido hasta ahora un escollo formidable. Las compañías farmacéuticas que cuentan con los recursos monetarios para llevar a cabo dichas investigaciones no se sienten motivadas a hacerlo debido a la imposibilidad de patentar y adquirir derechos exclusivos para la comercialización de cualquier planta. No obstante, algunas universidades y entidades gubernamentales han comenzado a responder al clamor y a la necesidad de estudios científicos sobre las propiedades curativas de las plantas.

    Nota: ¿Qué significa plantas medicinales?

    Ahora bien cuando hablamos de plantas medicinales debemos aclarar a que nos estamos refiriendo. Lo que en la medicina alternativa se considera una planta posiblemente sea distinto lo que muchas personas consideran una planta. Cuando hablamos de plantas medicinales nos referimos a las hojas, corteza, raíces, polen, pétalos, semillas, frutos, y tallos de árboles, arbustos, algas, hongos, hierbas y otros tipos de representantes del reino vegetal. Como vemos, las plantas medicinales comprenden un espectro sumamente amplio. Estudiar y comprender todas las posibles aplicaciones de las plantas medicinales es una tarea gigante acerca de la cual cada día se descubre algo nuevo. Sin embargo, hoy ya sabemos lo suficiente para concluir que, cuando son usadas correctamente, las plantas medicinales proveen alternativas para prevenir y tratar numerosas condiciones de salud de forma efectiva y segura. Más aún, existen plantas medicinales y sustancias derivadas de estas que pueden ayudarnos a incluso optimizar y mejorar diversas funciones de nuestro organismo aún en el caso de personas que al parecer gozan de buena salud.
    Examinemos algunas de las más conocidas plantas medicinales y lo que sabemos sobre sus propiedades curativas.

    CURIOSIDADES SOBRE EL CHOCOLATE

    El chocolate y la lucha contra el cancér (Parte I)

    Después de las ECV, el cáncer es la segunda causa de muerte en los países desarrollados y representa también un importante índice de mortalidad en los países en vía de desarrollo (1). El cáncer es una enfermedad que puede ser iniciada en cualquier célula, el primer paso es un daño en el DNA que se acumula con el tiempo (2).

    Cabe destacar que la etiología del cáncer es de origen multifactorial, sin embargo, algunos factores dietéticos intervienen para aumentar o disminuir las probabilidades de ocurrencia de esta enfermedad a través del daño oxidativo, así por ejemplo, la grasa poliinsaturada puede estimularlo y los antioxidantes de la dieta, disminuirlo. De igual forma, la inflamación crónica incrementa la posibilidad de aparición del cáncer debido a que origina un recambio celular continuo, estableciendo un ambiente propicio para la carcinogénesis (1).

    La neoplasia es considerada como una enfermedad de las células en la cual se ha implicado un daño en el ADN. El daño se va haciendo acumulativo, de tal manera que si las células afectadas eluden los mecanismos de defensa del organismo para evitar su crecimiento y diseminación, se genera la neoplasia. La vulnerabilidad de las proteínas y el DNA al potencial oxidativo de organismo humano se ha considerado un factor carcinogénico de gran importancia. Las especies reactivas del oxígeno y del nitrógeno (radicales superóxido, hidroxilo, óxido nítrico) que se forman continuamente como resultado de diferentes reacciones bioquímicas, pueden causar un daño oxidativo significativo. Además los carcinógenos ambientales de diversas fuentes (cigarrillo, polución industrial) y contaminantes alimentarios (aminas aromáticas heterocíclicas) contribuyen a la carga total de estrés oxidativo de un individuo (3,4). Así, el cáncer representa un amplio número de enfermedades donde diferentes factores etiológicos, entre ellos los asociados al estilo de vida, pueden conllevar a la producción de genotóxicos carcinógenos que pueden a su vez iniciar las modificaciones sobre el DNA y el genoma, dando como resultado eventos mutagénicos (5).

    La carcinogénesis es un proceso progresivo en el cual se describen básicamente tres etapas (2,6,7):

    Iniciación: se produce un daño en el genoma (DNA) por acción de carcinógenos químicos, virus, radiación o errores de replicación; muchos de estos procesos son de naturaleza oxidativa. Las defensas antioxidantes del organismo, como ciertas enzimas, reparan el daño sobre el DNA, pero alguna parte del daño producido puede permanecer en el genoma, resultando en una mutación.

    Promoción: se considera reversible e involucra la división de las células inicialmente afectadas para aumentar su número.

    Progresión: representa el estado final, en el cual las células experimentan cambios que finalmente las llevan a perder su capacidad para controlar el crecimiento normal; no sólo son capaces de crecer y formar tumores, sino que también pueden invadir otros sitios (metástasis).

    Los datos epidemiológicos aportan una fuerte evidencia de que la prevención o disminución de las reacciones de oxidación podrían ser una forma importante de disminuir el riesgo de muchos tipos de cáncer. Las investigaciones han demostrado que los fitoquímicos antioxidantes presentes en productos vegetales naturales, incluyendo cocoa y chocolate, pueden disminuir estas reacciones de oxidación (5,8).

    Diferentes investigaciones han reportado que, tanto en animales como en humanos, los flavonoides podrían tener un efecto antiproliferativo sobre el cáncer de intestino, de ovarios, de pulmón y de vesícula (9). Knekt y cols en 1997 observaron en 10.000 hombres y mujeres finlandeses, una relación inversa entre el consumo de flavonoides y la incidencia de todos los tipos de cáncer (10). Los estudios poblacionales han demostrado que las personas que tienen un consumo regular de alimentos que contienen antioxidantes como los flavonoides muestran una menor incidencia de diversos tipos de neoplasia. Por lo anterior, se podría postular entonces que el consumo de cocoa o chocolate, que aumentan la disponibilidad de antioxidantes, podría también ser beneficioso para disminuir la carga y efectividad de carcinógenos genotóxicos y epigenéticos (5).

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    El chocolate sus efectos sobre el Alzheimer y la demencia



    
    Rodrigo Isaza Bermúdez
    MD, Neurólogo Clínico
    Hospital Pablo Tobón Uribe

    La mortalidad alta, el costo socioeconómico alto y la falta de tratamientos específicos son los factores claves que definen la relevancia de las patologías cerebrales para la salud del ser humano y la importancia de investigar sobre agentes protectores. Los estudios epidemiológicos han mostrado efectos benéficos de los flavonoides en enfermedades neuro degenerativas (1).

    La enfermedad de Alzheimer es un síndrome anatomoclínico de etiopatogenia diversa, íntimamente relacionado con el envejecimiento. La enfermedad causa depósitos cerebrales proteicos insolubles a nivel extracelular y degeneración neurofibrilar intracelular, finalmente, ocasiona una pérdida neuronal y atrofia cerebral, con las consiguientes alteraciones de la neurotransmisión, que se manifiestan clínicamente por una demencia (2). Esta enfermedad produce un deterioro progresivo de las llamadas funciones cerebrales superiores y la correspondiente pérdida de autonomía del enfermo, quien en algunos años se vuelve totalmente dependiente de su entorno para las actividades básicas de la vida diaria (3).

    Diferentes investigaciones han sugerido que el estrés oxidativo puede contribuir a la patogénesis de la enfermedad de Alzheimer y la demencia, por lo tanto, el riesgo de esta enfermedad podría ser reducido por el consumo, entre otros, de fitoquímicos antioxidantes, como los flavonoides contenidos en el chocolate (4). Una investigación realizada por Commenges y cols concluyó que el consumo de flavonoides está inversamente relacionado con el riesgo de la incidencia de demencia (5).

    Los flavonoides son conocidos por inhibir tanto la lipopolisacaridasa (LPS), que estimula el factor de necrosis tumoral alfa, como la liberación de la interleukina 6, la cual modula moléculas antiinflamatorias. Ambas sustancias han sido reportadas en muchos desórdenes neurodegenerativos que incluyen la enfermedad de Alzheimer, la meningitis viral y bacterial, la demencia del AIDS y la apoplejía. Un experimento realizado en ratones, para estudiar los posibles efectos de la administración de flavonoides sobre el desempeño cognitivo, mostró cómo el tratamiento crónico con flavonoides revirtió el déficit cognitivo y sugirió su papel importante en la prevención de los déficit de memoria, uno de los síntomas característicos de la enfermedad de Alzheimer (6).

    Los depósitos cerebrales de Abeta (péptido beta amiloide) constituyen una característica invariable en la enfermedad de Alzheimer. Un estudio realizado para medir el efecto protector de los polifenoles, entre ellos las catequinas y epicatequinas sobre la formación, extensión y desestabilización de Abeta, concluyó que aunque no son claros, los mecanismos de acción de los polifenoles, éstos podrían ser un elemento clave molecular en el desarrollo, prevención y tratamiento de la enfermedad de Alzheimer (7).

    Fuentes:
    Bibliografía
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    Los efectos del chocolate en la depresión


    Por:
    Carlos A. Palacio A.MD, Psiquiatra

    Carlos A. López J.
    MD, Psiquiatra

    Jorge Holguín L.
    MD, Psiquiatra

    Juan D. Palacio O.
    MD, Psiquiatra

    Podría decirse que dados los componentes químicos y nutricionales del chocolate, uno de los sistemas a estudiar con detalle es el sistema nervioso central (SNC), y específicamente con relación a dos acciones, sus cambios en el estado anímico y el afecto y el fenómeno adictivo que supuestamente produce. La primera pregunta a formularse es: ¿Pueden los síntomas depresivos mejorarse con la ingestión de alimentos tales como el chocolate?
    Depresión: la depresión es el trastorno mental más comúnmente diagnosticado en psiquiatría, se calcula que la prevalencia de dicho trastorno es del 6% en la población general y para el año 2010 estará convertida en la segunda causa de morbilidad en el mundo, después de los problemas cardiovasculares. Tiene implícitas graves consecuencias no sólo sociales y económicas para una sociedad, por sus altos costos, sino a nivel personal por su gran disfuncionalidad; ocasiona síntomas tales como alteraciones en el sueño y apetito, pérdida de energía vital, dificultad en la capacidad de sentir placer y disfrute, baja autoestima, sentimientos de tristeza, irritabilidad, llanto y finalmente ideas de muerte y de suicidio: Son apenas unos cuantos síntomas de los muchos que pueden producir incapacidad en quienes la sufren.

    En los últimos años, la deficiencia de serotonina ha sido reconocida como una de las causas de este trastorno. De hecho, los medicamentos actuales que presentan eficacia en el tratamiento producen un aumento de dicho neurotransmisor en el sistema nervioso central, SNC. Recientemente, y con el incremento de las terapias alternativas, se ha propuesto una serie de tratamientos no convencionales para los cuales se discute su eficacia, tales como el uso de hierba de San Juan, kava-kava, gingo biloba y otros.
    Se sugiere que cambios cerebrales en los niveles de serotonina producen cambios en las preferencias por nuestros alimentos, así alguien con depleción de serotonina podría ingerir alimentos con alto contenido de carbohidratos o explicar porqué quien sufre trastorno depresivo estacional come más en invierno, o porqué las mujeres en el período premenstrual incrementan su ingesta de carbohidratos. Para Wurtman es un intento por disminuir los síntomas depresivos con un incremento de los niveles cerebrales de triptofano, de igual manera, se ha propuesto que una dieta rica en proteínas está asociada a sentimientos de depresión (8,9).
    Triptofano: hace parte de los aminoácidos de carácter esencial, entre los que se incluyen tirosina, fenilalanina, isoleucina, leucina y valina. Si se realiza una ingesta rica en hidratos de carbono y triptofano (chocolate) se incrementa su proporción en el plasma y esto es debido a que subsecuentemente a la liberación de insulina por el alto nivel de glucosa se facilita la captación de más aminoácidos, pero no de triptofano en el tejido periférico, como el músculo. En contraste, la insulina incrementa la afinidad de la albúmina por el triptofano, y el resultado es que su proporción, comparada con los otros aminoácidos esenciales en la sangre se incrementa.
    Se considera que una dieta normal contiene 0g de triptofano al día, del cual únicamente 2–3% es usado en la producción de serotonina a nivel central (9-11). Una taza de chocolate aporta de 12 a 13 mg de triptofano. Acto seguido, para atravesar la barrera hematoencefálica, los aminoácidos compiten entre sí por la molécula trasportadora, en este sentido al haber más triptofano será éste quien gane la competencia, logrando pasar en más cantidad al cerebro que los restantes. Como se sabe, el triptofano es el precursor de la serotonina en el SNC. La enzima triptofano hidroxilasa sintetiza la serotonina, con la particularidad de que no se alcanza nunca su saturación, lo que significa que a más triptofano disponible, más serotonina habrá en la neurona y, por lo tanto, más transmisión serotoninérgica (12-14).
    Bajo esta hipótesis de trabajo, se han realizado múltiples estudios tratando de demostrar cómo la ingesta rica en triptofano mejora los síntomas depresivos, y de ellos el más completo de todos es el meta-análisis realizado por Shaw y Turner en una revisión de 108 trabajos (15).
    El objetivo consistía en determinar si el triptofano es más efectivo que el placebo en el tratamiento de los trastornos depresivos del adulto. Se realizó la búsqueda en las bases de datos Medline, Psychlit y Embase, se analizaron estudios con las siguientes características: aleatorizados, que incluyeran pacientes con depresión unipolar o distimia, comparando preparaciones con triptofano y placebo, y que el desenlace fuera medido a través de escalas para depresión. Tres investigadores, con un instrumento estructurado para la evaluación, independientemente definían la calificación y si existía desacuerdo se intentaba por consenso encontrarlo. De 108 trabajos analizados, únicamente dos trabajos, que sumaban 64 pacientes, cumplieron los criterios suficientes para ser incluidos en el meta-análisis (16,17).
    La conclusión a la que se llega es que con la evidencia disponible, la ingesta de triptofano es mejor que el placebo en mejorar la depresión. Sin embargo, la evidencia no alcanza a ser concluyente. Como conclusión final del meta-análisis se colige que hay una gran cantidad de investigaciones al respecto para tratar de demostrar que la ingesta de triptofano mejora la depresión, pero la gran mayoría de estos trabajos tiene una calidad deficiente, con notorios sesgos de publicación. Sin embargo, con los estudios que pueden extraerse se define que la ingesta de triptofano es mejor que el placebo en la eficacia del tratamiento de los síntomas de la depresión (15).
    Micronutrientes: Benton y su grupo de investigación reportaron, como muchas otras investigaciones, que el chocolate es consumido en momentos de estrés emocional y depresión. Los autores discuten igualmente los mecanismos que están asociados con la capacidad del chocolate de mejorar el humor, y encuentran que es un alimento rico en carbohidratos, con un alto contenido de triptofano, por lo cual su paso al SNC es estimulado para una mayor síntesis de serotonina.
    Adicionalmente se tiene el efecto de las anandamidas, el estímulo en la producción de endorfinas endógenas que representan sensación placentera, la presencia de feniletilamina, cafeína y teobromina como efecto estimulante y que representan sensación de mayor energía, y finalmente los micronutrientes magnesio y hierro. Podría entonces decirse que por varias vías, el chocolate provee una acción farmacológica de bienestar, energía, disestrés y mejoría de síntomas depresivos (22,23).

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    ¿El chocolate produce migraña e hiperactividad?
    Rodrigo Isaza Bermúdez.
    Neurólogo Clínico
    Hospital Pablo Tobón Uribe

    La hiperactividad es una entidad frecuente en la población general, en todas las partes del mundo, en donde se consume y no se consume chocolate. La etiología, es decir, los eventos causales de la misma son referidos como problemas mediados genéticamente principalmente por alteraciones en algunos neurotransmisores, que son sustancias producidas en el cerebro y otras partes del organismo y regulan funciones a distancia.

    Las aminas biogénicas como se le llaman a estas sustancias son: adrenalina, noradrenalina, dopamina y serotonina, y en el caso del trastorno de atención, la dopamina y la serotonina, son las aminas con mayor representación en dicho trastorno, pues un desequilibrio en su producción o en su regulación, bien sea en la transformación que hace el organismo de ellas, puede en un momento alterar la atención, el control del movimiento, la concentración y las actividades complejas del aprendizaje, de la motivación y principalmente de la función ejecutiva, que es la función necesaria, escalonada y compleja para realizar una actividad o una tarea que necesite cierto grado de dificultad y orden.

    Muchas de las sustancias utilizadas en los tratamientos de los trastornos de la atención tales como los agentes psicotrópicos o neuromoduladores (tranquilizantes mayores, antidepresivos, anticonvulsivantes, estimulantes del apetito, estimulantes de la actividad cerebral como el metilfenidato (Ritalina) y otros nuevos medicamentos) lo que hacen es mantener por más tiempo la acción de las mencionadas aminas biogénicas, o alterar su metabolismo, demorando su destrucción o impidiendo su transformación.

    Algunos de los componentes del chocolate como son la teobromina, la cafeína y la feniletilamina, actúan parecido a como actúan dichas aminas, causando el estímulo necesario para la función que ellas realizan. Esto lleva a estimular áreas corticales en el cerebro, mejorando el ritmo eléctrico cerebral, la atención y el estado de alerta, lo que conlleva además que se estimule la frecuencia cardiaca y la frecuencia respiratoria, pero por el escaso contenido de dichas sustancias en el chocolate que consumimos, y por el efecto de corta duración sobre dichas funciones, se necesitarían cantidades exageradas de chocolate para conseguir el efecto igual al de una medicación. Se sabe que el chocolate aumenta el ritmo Beta del electroencefalograma (1), y en algunos estudios se evidencia que este aumento mejora la atención y la memoria (2).

    En conclusión, el chocolate mejora transitoriamente y por muy poco tiempo, la atención y el estado de alerta. No está demostrado que el chocolate cause trastorno de atención con o sin hiperactividad, y al igual que la cafeína, que se recomienda en el paciente hiperactivo, tendrá más una función benéfica que deletérea. El contenido de ácidos grasos poliinsaturados omega 3 y omega 6 en el chocolate podría ser un factor a considerar como benéfico en dichos pacientes, y algunos autores los colocan como un factor agravante cuando faltan en la dieta para ser causantes de patología neuropsiquiátrica y de trastorno de atención e hiperactividad (3). Todo esto, sin contar que la ausencia del desayuno y de ciertos requerimientos dietéticos causa disminución del rendimiento académico, alterando la concentración y la memoria (4).

    A pesar de la existencia de muchos estudios que relacionan el concepto de que los edulcorantes y colorantes de la dieta en los niños puede afectar la atención, al igual que el chocolate y la cafeína, el tema sigue en discusión sin un consenso relevante para suspenderlos, pues en doce estudios doble ciegos en los que se eliminó el dulce de la dieta no se pudo demostrar mejoría en las pruebas aplicadas a los niños con déficit de atención (5).
    Los pacientes con procesos de migraña, no asociados al chocolate, ¿Qué comportamiento reflejarían al consumirlo?

    Se ha demostrado que el chocolate no produce migraña ni la desencadena, pues menos del 4% de los pacientes migrañosos presentan episodios de migraña con dolor y sin dolor de cabeza asociado a algún alimento, también se acepta que la migraña puede cursar sin dolor. Lo que tiene más utilidad es la higiene dietaria, es decir, que la persona migrañosa debe comer a determinadas horas, comer fraccionadamente a deshoras y no acostarse nunca sin ingerir algún alimento, tratar en lo posible de evitar ayunos prolongados o mayores de cinco horas.

    Debe tratar de evitar alimentos en abundancia o exagerados, no solamente dulces o grasas, pero no porque ellos vayan a causar dolor de cabeza de tipo migrañoso, sino porque este paciente tiene la tendencia a no movilizar muy bien el contenido gástrico (estomacal) y esto desarrolla la producción de sustancias que viajan del tracto digestivo hacia áreas cerebrales que pueden en forma refleja, desarrollar un fenómeno migrañoso. Es frecuente que el paciente se queje más de los problemas digestivos que de los problemas dolorosos.

    El paciente migrañoso puede tomar chocolate diariamente sin problemas, una taza de chocolate o dos al día tienen un efecto benéfico sobre otras funciones cerebrales, su contenido bajo en cafeína aumenta el vaciamiento del estómago evitando el fenómeno descrito, reanima y aumenta la energía a nivel de las células cerebrales, que es un fenómeno relacionado con la aparición de la migraña, al considerarse dicho evento como una falta de energía transitoria a nivel de la neurona, lo que desencadena todos los eventos relacionados con la migraña.


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    El chocolate y su efecto anticancerígeno (Parte II)


    
    A continuación se presentan los mecanismos propuestos por diversos autores por medio de los cuales los polifenoles podrían ejercer un efecto anticancerígeno (9):
    Efecto antioxidante: la carcinogénesis es un proceso de múltiples etapas con cambios genéticos que involucran genes proto-oncogenes o supresores del tumor, ya sea en una sola célula o células clonadas. Como se mencionó, la alteración genética se puede iniciar por un daño persistente en el DNA que conlleva a la alteración permanente en los mensajes genéticos al momento de la replicación y división celular. Las especies reactivas de oxígeno y nitrógeno tienen un efecto carcinógeno tan potente que, ya sea en forma directa o indirecta, pueden inducir cambios estructurales en el DNA por diversos mecanismos, incluyendo oxidación, metilación y deaminación. Las propiedades de los polifenoles para inhibir el daño oxidativo sobre el DNA ha sido documentada por diferentes autores (9).
    Modulación de la actividad enzimática asociada con carcinogénesis y detoxificación: el mecanismo se relaciona con la acción que los polifenoles podrían desplegar sobre la modulación de los sistemas enzimáticos que a su vez metabolizan carcinógenos o procarcinógenos a genotoxinas. La activación del carcinógeno puede ser inhibida o puede ser transformado a un compuesto menos reactivo antes de que reaccione con el DNA e inicie la carcinogénesis.
    Mediación de la modulación de la expresión génica, apoptosis y transformación en agentes malignos: ciertos polifenoles, por modificación de la expresión génica, pueden prevenir o revertir la carcinogénesis por inducción de la muerte celular (apoptosis), eliminando así las células dañadas o inhibiendo la transformación neoplásica. Algunos polifenoles podrían alterar la expresión génica al interactuar en forma directa con la molécula del DNA y selectivamente, pueden bloquear señales de transducción por inhibición de un segundo mensajero como la proteína tirosina kinasa y la inositol fosfatasa (11).
    La neoplasia es considerada como una enfermedad de las células en la cual se ha implicado un daño en el ADN. El daño se va haciendo acumulativo, de tal manera que si las células afectadas eluden los mecanismos de defensa del organismo para evitar su crecimiento y diseminación, se genera la neoplasia. La vulnerabilidad de las proteínas y el DNA al potencial oxidativo de organismo humano se ha considerado un factor carcinogénico de gran importancia. Las especies reactivas del oxígeno y del nitrógeno (radicales superóxido, hidroxilo, óxido nítrico) que se forman continuamente como resultado de diferentes reacciones bioquímicas, pueden causar un daño oxidativo significativo. Además los carcinógenos ambientales de diversas fuentes (cigarrillo, polución industrial) y contaminantes alimentarios (aminas aromáticas heterocíclicas) contribuyen a la carga total de estrés oxidativo de un individuo (3,4). Así, el cáncer representa un amplio número de enfermedades donde diferentes factores etiológicos, entre ellos los asociados al estilo de vida, pueden conllevar a la producción de genotóxicos carcinógenos que pueden a su vez iniciar las modificaciones sobre el DNA y el genoma, dando como resultado eventos mutagénicos (5).
    Up-regulación de la comunicación de las uniones intercelulares e inhibición de la transformación neoplásica: la comunicación célula a célula, mediada por las uniones transmembrana, constituyen un proceso vital en la regulación de la homeostasis, proliferación y diferenciación celular. Cambios nocivos en las uniones intercelulares se consideran un factor determinante para el desarrollo temprano del cáncer. Franke y cols investigaron la capacidad de 99 flavonoides dietéticos para inhibir la neoplasia inducida y encontraron que la mayoría de los polifenoles fueron al menos, y en muchos casos superiores, a otros agentes protectores tales como el beta caroteno o la vitamina E.
    Activación de P-Glicoproteína: esta es una proteína de la membrana celular que puede contribuir a la defensa de la célula contra xenobióticos (compuestos extraños) al facilitar su remoción rápida y eficiente antes de que ellos puedan ser activados a potenciales carcinógenos. Algunos flavonoides pueden inhibir la acumulación de xenobióticos presumiblemente por la up-regulación de la actividad de la P-Glicoproteína. No está claro el mecanismo de acción de los flavonoides, pero las evidencias indican que cada uno de ellos actúa a través de un mecanismo sensible dependiente del tejido específico y de la concentración (9).
    Wenzel y cols para entender las bases moleculares de la actividad anticancerígena de los flavonoides, investigaron como el núcleo estructural de una flavona, afectaba la proliferación, diferenciación y apoptosis en células cancerosas del colon humano (HT-29). Se encontró que la flavona redujo la proliferación celular en las células HT-29 e indujo diferenciación como también apoptosis. El flavonoide probó ser un inductor de apoptosis más fuerte que la camptotecina, agente antitumoral. Los efectos de la flavona sobre las células HT-29 fueron asociados con cambios en los niveles de RNA mensajero de las células y la apoptosis se relacionó con diversos genes.
    En conclusión, las flavonas podrían inducir en forma efectiva la muerte celular programada, la diferenciación e inhibición del crecimiento en colonocitos transformados por su acción sobre los niveles de RNA mensajero en los genes involucrados en estos procesos.
    Dado que estos genes juegan un papel protagónico en el cáncer del colon, las flavonas podrían demostrar que desempeñan un papel como un compuesto citostático con una selectividad mejorada hacia las células transformadas (13).
    Carnesecchi y cols realizaron un estudio células Caco-2 con el objetivo de determinar el efecto del polvo y extracto de cocoa con diferentes cantidades de flavonoides y oligómeros de procianidinas. El tratamiento de estas células con 50 microgramos/ml de extracto de procianidina mostró que su crecimiento se inhibió en un 70% con un bloqueo del ciclo celular en la fase G2/M. Reportan los autores que el extracto enriquecido con procianidinas disminuyó en forma significativa la actividad de dos enzimas claves en la biosíntesis de poliaminas, como son la ornitina descarboxilasa y la S-adenosilmetionina descarboxilasa, lo cual disminuye el pool de poliaminas. Así, las observaciones de este estudio indican que el metabolismo de la poliaminas podría ser uno de los objetivos antiproliferativos (14).
    La importancia de los procesos inflamatorios en la respuesta fisiopatológica a agentes químicos endógenos o exógenos ha sido ampliamente reconocida, puesto que muchas enfermedades, entre ellas ciertas formas de neoplasias, exhiben un componente inflamatorio que bien puede ser el origen o bien puede incrementar la severidad del proceso. Otro de los mecanismos de acción de los compuestos fenólicos como agentes anticancerígenos es su papel como agente antiinflamatorio y los datos provienen de estudios de su acción sobre la inducción de la detoxificación de la fase II enzimática. En esta fase, las enzimas metabolizan los compuestos químicos a productos hidrosolubles por medio de reacciones de reducción y conjugación. De esta forma, la inducción de la fase II enzimática a través de factores transcripcionales puede ser responsable del efecto quimioprotector de los compuestos fenólicos.
    Ma y cols analizaron la acción de antioxidantes fenólicos sobre la expresión del factor de necrosis tumoral (TNF-_) en los macrófagos, paso clave en la inflamación. En este trabajo, ellos encontraron que los antioxidantes fenólicos inhiben en forma potente las señales que inducen la trascripción del TNF-_ y sugieren entonces que dichos compuestos tienen un mecanismo antiinflamatorio que se ejerce a través del control de las citokinas generadas durante la inflamación, mostrando de esta manera una actividad anti-inflamatoria que protege contra los agentes químicos y el cáncer (15).
    De los flavonoides del chocolate, la epicatequina es la de mayor concentración en el grano de cacao fermentado. Diferentes estudios experimentales han revelado su acción antigenotóxica y anticancerígena, mostrando así su rol protector en la prevención del cáncer. También se ha observado un efecto protector contra la aflotoxina B1 y el benzo(a)pireno, que son potentes mutágenos y carcinógenos; la acción se da al evitar su unión al DNA. Asimismo, la epicatequina tiene un efecto especial para prevenir la oxidación de uno de los componentes del tabaco, que constituye la forma activa como dicha sustancia actúa sobre el DNA (16).
    Existen pocos estudios que sugieran que el extracto de cocoa tenga un efecto en disminuir la carcinogénesis (17). Los polifenoles de la cocoa bloquean el efecto de los peroxinitritos, producto endógeno formado en reacciones inflamatorias celulares a partir del superóxido y el óxido nítrico. Como se ha mencionado, los efectos del superóxido y otras especies reactivas de oxígeno son inhibidos por antioxidantes como los contenidos en la cocoa. De esta manera, las procianidinas de la cocoa son seguras y ejercen un efecto benéfico a través de su acción antioxidante (18).
    Independientemente de los mecanismos involucrados en la carcinogénesis, es claro que tanto en la iniciación como en el desarrollo del cáncer, están involucradas las especies reactivas del oxígeno. La información epidemiológica y los experimentos de laboratorio han mostrado el efecto protector de los antioxidantes. Se espera que de igual forma los antioxidantes de la cocoa y el chocolate ejerzan un efecto inhibidor sobre las especies reactivas del oxígeno asociadas con las fases de la carcinogénesis (5). En la actualidad se cuenta con suficiente evidencia tanto del papel de las especies reactivas del oxígeno en la iniciación y en el desarrollo del cáncer, como del rol protector de los antioxidantes.
    El efecto potencial de los flavonoides obedece a los cambios que éstos inducen en la defensa antioxidante del plasma o por cambios en la trascripción y secreción de citokinas. Igualmente podrían inhibir la carcinogénesis por su efecto sobre eventos moleculares involucrados en la iniciación, promoción y estados de progresión del cáncer (16). Por lo anterior, y con los hallazgos de diferentes investigaciones, se puede postular que los antioxidantes de la cocoa y el chocolate pueden ejercer un efecto inhibidor sobre las especies reactivas del oxígeno, asociadas con las fases de la carcinogénesis (19,20,21, 22).
    Sin embargo, y a pesar de que numerosos estudios experimentales evidencian que ciertos polifenoles tienen una potente actividad anticarcinogénica, el soporte epidemiológico de esta acción es contradictoria. Lo anterior puede reflejar falta de información respecto a la duración de los estudios, las cantidades de polifenoles consumidos, un control inadecuado de variables confundentes y sesgos de memoria y de reporte en los patrones de consumo (8). Los estudios epidemiológicos relacionados con el consumo de polifenoles y el riesgo de cáncer en humanos sugieren un efecto protector de éstos, pero se requieren más trabajos para obtener conclusiones más claras (23).
    mecanismo antiinflamatorio que se ejerce a través del control de las citokinas generadas durante la inflamación, mostrando de esta manera una actividad anti-inflamatoria que protege contra los agentes químicos y el cáncer (15).
    (Fuentes incluidas en la primera parte)
    El chocolate y la respuesta glicémica y diabetes

    
    El índice glicémico (IG) se define como el área incremental bajo la curva de la glucosa sanguínea, producida por una porción de alimento test que contenga 50 g de carbohidratos digeribles, expresada como un porcentaje de la respuesta al consumo de la misma cantidad de carbohidratos que provienen de un alimento estándar que consume el mismo sujeto (1).

    Desde el principio de las investigaciones se ha observado que el IG depende de muchos factores, entre los cuales se destacan la estructura de los carbohidratos (contenido de amilosa y amilopectina), el tamaño de la partícula, el grado de procesamiento térmico, el contenido gástrico previo a la ingestión de alimentos y el consumo concomitante de grasa, fibra y proteína (2). Si bien en los últimos años la utilidad real del IG de los alimentos ha sido bastante cuestionada, en la actualidad diversos investigadores están retomando el concepto y se considera que personas con sobrepeso o diabetes y atletas, pueden beneficiarse al conocer los valores de IG de los alimentos y aplicarlos a su vida diaria (3,4).

    Un estudio realizado por Manjarres y cols mostró un IG para el chocolate amargo de 58 y para el chocolate dietético de 28, los cuales se clasifican como medio y bajo, respectivamente. Según la Organización Mundial de la Salud, los productos con mediano y bajo IG pueden ser consumidos por personas sanas, contando su aporte de kilocalorías y de nutrientes dentro de una dieta normal. Por lo anterior, el chocolate amargo no tiene efectos adversos sobre los niveles de glucemia en individuos sanos y el chocolate dietético puede ser recomendado a pacientes con dislipidemias e intolerancia a los carbohidratos (5).

    De otro lado, Osakabe sugiere que las procianidinas derivadas del cacao inhiben en ratas las cataratas inducidas por la diabetes, posiblemente por su actividad antioxidante (6). Son necesarios estudios controlados a largo plazo, que confirmen estos hallazgos.

    En un estudio realizado para evaluar el efecto del consumo de chocolate negro sobre diferentes eventos patológicos en pacientes con hipertensión esencial, se encontró una disminución en la sensibilidad a la insulina, explicada en parte por una regulación en la producción del óxido nítrico por parte de los flavonoides presentes en el chocolate negro (7).
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    El chocolate, un alimento contra la hipertensión

    Estudios epidemiológicos controlados han mostrado el efecto positivo de las procianidinas del cacao para activar la síntesis del óxido nítrico en el endotelio, evento que contribuye a la disminución de los niveles de presión arterial (25,41). Investigadores alemanes reportaron en un estudio realizado en el 2003, que el consumo de chocolate oscuro dos veces por semana producía una disminución en la presión arterial en individuos con hipertensión no tratada. Se sugiere que los flavonoides, principales constituyentes de la cocoa sólida, tienen una biodisponibilidad significativa y son los responsables de la reducción de la presión arterial observada en los sujetos del estudio (47).
    Lo anterior sugiere que siempre y cuando la dieta sea balanceada, el consumo de chocolate con alto contenido de flavonoides puede tener algún beneficio cardiovascular si se incluye como parte de una dieta sana en pacientes con hipertensión esencial (48).
    Buijsse y cols evaluaron en 470 hombres adultos, libres de hipertensión y otras enfermedades, si el consumo habitual de cocoa podía estar relacionado con el desarrollo tardío de hipertensión. El consumo de cocoa fue evaluado al inicio, a los 5 y a los 10 años y se estimó por una historia dietaria realizada por nutricionista registrados. Después de ajustar por posibles variables confundentes, se encontró que la cantidad de cocoa usualmente consumida por día fue inversamente proporcional a los niveles de presión arterial sistólica y diastólica. El análisis prospectivo mostró que el consumo usual de cocoa estuvo asociado con un 45 a 50% de menor riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular y por todas las causas (49).
    En febrero de 2006, la Asociación Americana de Hipertensión, publicó las “Nuevas recomendaciones sobre el abordaje dietario para la prevención y tratamiento de la hipertensión arterial”. En éstas, se recomienda el consumo de cocoa, además resaltan su contenido de flavonoides por su efecto vascular benéfico como fitoquímico bioactivo, su efecto sobre la relajación de los vasos sanguíneos y finalmente, cómo su consumo frecuente podría tener efectos biológicos a largo plazo sobre la salud cardiovascular (50).
    A pesar de la evidencia obtenida sobre el efecto benéfico de los flavonoides sobre la presión arterial, se requieren estudios que midan a largo plazo el efecto específico de los flavonoides del chocolate sobre los niveles de presión arterial.
    Finalmente, y para concluir la descripción del efecto del chocolate sobre la salud cardiovascular, cabe comentar dos artículos recientemente publicados sobre el tema. El primero se refiere a una revisión sistemática realizada por Ding y col., quienes revisaron la literatura publicada en MEDLINE durante 1966 y enero de 2005, incluyendo estudios experimentales, observaciones y estudios clínicos relacionados con el cacao, la cocoa, el chocolate, el ácido esteárico, los flavonoides y el riesgo de ECV. En total se revisaron 136 publicaciones por su relevancia, calidad en el diseño y métodos. Los autores concluyen que múltiples líneas de evidencia de experimentos de laboratorio y ensayos aleatorizados sugieren que el ácido esteárico puede ser neutral sobre el perfil lipídico, mientras que los flavonoides probablemente son protectores de la mortalidad por ECV. Los resultados de su meta-análisis indicaron que el consumo de flavonoides puede disminuir el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular (Riesgo Relativo= 0.88 con un intervalo de confianza de 0.71-0.92). Sugieren los autores, que la gran prioridad es realizar estudios aleatorizados a largo plazo para definitivamente investigar el impacto del consumo de chocolate sobre la salud cardiovascular (56).
    El segundo artículo, de Engler, sugiere un papel importante del chocolate como protector cardiovascular por los efectos fisiológicos benéficos derivados de su contenido de antioxidantes y destaca, entre otros, el efecto vasodilatador y la disminución de la presión arterial, la inhibición de la actividad plaquetaria y la disminución de los procesos inflamatorios.
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      Nutr Rev 2006;64:109-18.
    
    El chocolate disminuye el riesgo cardiovascular



    La homeostasis del endotelio vascular se da por el mantenimiento del tono vasomotor, por su influencia sobre la función plaquetaria y la adherencia leucocitaria. En condiciones normales, el endotelio libera mediadores como la endotelina, las prostaciclinas, los leucotrienos y el óxido nítrico. El estrés severo, la isquemia, la inflamación o la presencia de condiciones patológicas como la ateroesclerosis, la diabetes mellitus o la hipertensión, alteran el funcionamiento del endotelio, comprometen su capacidad de regular el tono vascular y pueden conllevar a estados protrombóticos. Es posible que los flavonoides, por su acción antioxidante y por la modulación que ejercen sobre las concentraciones de prostaciclinas y leucotrienos, puedan mejorar la función endotelial a través de la prevención y posible disminución de daños generados por estrés oxidativo, aunque es posible que estén involucrados otros mecanismos hasta ahora desconocidos (27).
    El efecto positivo de los flavonoides del chocolate sobre la disfunción endotelial parece radicar en su capacidad para incrementar la síntesis de óxido nítrico sintetasa, enzima que a su vez activa la síntesis del óxido nítrico (ON) en el endotelio. El ON a su vez es responsable de una serie de eventos que contribuyen a disminuir la ateroesclerosis: relajación endotelio dependiente, disminución de la presión arterial, disminución de los niveles de colesterol e inhibición de la actividad plaquetaria y la adhesión de los monocitos (25,41,42).
    Los efectos de los flavonoides sobre la relación endotelio dependiente en humanos ha sido investigada en más de 10 ensayos controlados, los cuales mostraron mejoría en la función endotelial cuando los flavonoides provenían de fuentes como el chocolate, el vino rojo y el jugo de uvas rojas. Sin embargo, aunque la evidencia es abundante, se requiere de más estudios que consoliden la evidencia hasta ahora encontrada (43).
     Heiss y cols diseñaron un estudio para evaluar el efecto del consumo de cocoa con alto contenido de flavonoides sobre los niveles circulantes de NO y la disfunción endotelial en un grupo de fumadores. El estudio fue doble ciego, se suministró una bebida de 100 ml de cocoa, una con alto contenido de flavonoides (175 a 185 mg) y otra con un contenido bajo (< 11 mg) en dos días separados. Los resultados mostraron que la circulación de NO bioactivo y la vasodilatación endotelio-dependiente se incrementaron significativamente en los fumadores luego del consumo de la cocoa rica en flavonoides.
    Estos hallazgos, afirman los autores, apoyan el concepto de que los flavonoides dietarios pueden reversar la disfunción endotelial. Por otro lado, un incremento en los niveles de NO puede tener efectos positivos en el tratamiento de enfermedades en las cuales está disminuida o comprometida la producción de esta sustancia, por ejemplo, la enfermedad arterial coronaria y periférica. Finalmente, los autores hacen un llamado sobre la necesidad de estudios que determinen el efecto a largo plazo de los flavonoides de la cocoa (44).
    Vlachopoulos y cols, en un estudio similar, midieron el efecto de 100 g de chocolate negro con alto contenido de flavonoides sobre la función endotelial, la rigidez arterial, la onda de reflexión y el estado oxidativo por tres horas en 17 sujetos sanos voluntarios y encontraron que el consumo de chocolate negro disminuyó en forma aguda la onda de reflexión, que no afectó la rigidez aórtica y que puede ejercer efectos benéficos sobre la función endotelial en adultos sanos; también resaltan la necesidad de investigaciones que midan el efecto en el largo plazo (45).
    Hodgson y cols plantean que la evidencia existente sobre un alto consumo de flavonoides y una disminución del riesgo cardiovascular es sugestiva, pero aún no persuasiva. El efecto de los flavonoides sobre la función endotelial y la ateroesclerosis podría ser parcialmente responsable de alguna reducción en dicho riesgo, pero los mecanismos permanecen aún inciertos. Comentan estos investigadores, que los estudios han presentado limitaciones relacionadas con la evaluación, consumo, absorción y metabolismo de los flavonoides, ahora, dicen ellos, se dispone de métodos más sensibles y específicos para medir los flavonoides y esto contribuirá a mejorar la interpretación de los datos (46).

    Fuentes: